Cuando la indignación nos sobrepasa.
Realmente estoy muy indignada, y considero que debo compartir los motivos del estado de ánimo que me invade.
NO sé si mal o bien, pero mientras ejercí el cargo de Defensora de Pobres y Menores, intenté hacerlo lo mejor posible.-
Y entre todas las funciones del Ministerio Pupilar, como su nombre lo indica está la protección integral de los niños y de la familia, en especial, de quienes se encuentran en situación de riesgo.-
Dentro de ese marco, siempre tuve la suerte de trabajar con excelentes personas, de alto nivel humano, más allá de la función, especialmente los coordinadores del entonces CPM, -actual COPNAF-
Pues bien, hecha esta aclaración paso a narrar el hecho que me indignara y que refiere tanto a la falta de respuesta desde los institucional, como de la calidad humana de quien lleva adelante la gestión.-
El día sábado me habla por teléfono una clienta del Estudio Jurídico donde desarrollo mis actividades actualmente, planteándome su situación: Ella, una mujer totalmente vulnerable, debido a la enfermedad oncológica que la afecta, madre de dos niños de cinco y dos años, y denunciante de una situación de violencia familiar por parte de su ex pareja, y padre de sus hijos –SITUACION QUE NO REQUIERE DE MUCHO ANÁLISIS PARA DETERMINAR SU EXTREMA GRAVEDAD--, y que recibe una magra suma de cuota alimentaria.
Pues bien, ante la emergencia que nos afecta a todos, en este aislamiento social obligatorio, en que nos encontramos, ante la feria judicial de emergencia decretada, me comuniqué con la Sra. Defensora Oficial, Dra. María del Carmen Molares, a fin de imponerla de la situación y ver cómo solucionarles el problema a esta mamá y sus dos niños.-
La respuesta de la Dra. Molares no se hizo esperar, comunicándose inmediatamente con la Coordinación del COPNAF, a los efectos de trabajar en forma urgente, recibiendo como única respuesta –y aquí mi indignación– “que el COPNAF, no se hace cargo de esas situaciones”, en todo caso que se comunicara con el Intendente.
No es por nada Sra. Coordinadora, pero me parece que la Dra. Molares, no necesita que Ud. Le sugiera adonde debe dirigirse, ella como funcionaria lo sabe muy bien, e indudablemente recurrió al organismo, cuya función primordial, es la problemática de niños adolescentes y familia? Que yo sepa, su mismo nombre lo indica, nada más, ni nada menos que el COPNAF.
Y tristemente la coordinación dio esa respuesta: no nos ocupamos de esas situaciones. El COPNAF, no se hace cargo. Que triste lo suyo Sra. Coordinadora.-
Debo dejar aclarado, que no obstante la respuesta negativa de la Coordinadora de la Institución, la Dra. Molares, logró como funcionaria, y como ser humano, sin contar con partidas presupuestarias como cuenta el COPNAF, solucionar la situación, por lo que desde este medio hago llegar mi agradecimiento a la misma y el repudio al obrar negligente de quien ocupa un cargo, que aparentemente no está en condiciones de ejercer, teniendo en cuenta que en situaciones normales, todo es muy fácil de resolver, pero ante situaciones de catástrofe como la que nos ocupa, no sabe dar respuestas.
Realmente estoy muy indignada, y considero que debo compartir los motivos del estado de ánimo que me invade.
NO sé si mal o bien, pero mientras ejercí el cargo de Defensora de Pobres y Menores, intenté hacerlo lo mejor posible.-
Y entre todas las funciones del Ministerio Pupilar, como su nombre lo indica está la protección integral de los niños y de la familia, en especial, de quienes se encuentran en situación de riesgo.-
Dentro de ese marco, siempre tuve la suerte de trabajar con excelentes personas, de alto nivel humano, más allá de la función, especialmente los coordinadores del entonces CPM, -actual COPNAF-
Pues bien, hecha esta aclaración paso a narrar el hecho que me indignara y que refiere tanto a la falta de respuesta desde los institucional, como de la calidad humana de quien lleva adelante la gestión.-
El día sábado me habla por teléfono una clienta del Estudio Jurídico donde desarrollo mis actividades actualmente, planteándome su situación: Ella, una mujer totalmente vulnerable, debido a la enfermedad oncológica que la afecta, madre de dos niños de cinco y dos años, y denunciante de una situación de violencia familiar por parte de su ex pareja, y padre de sus hijos –SITUACION QUE NO REQUIERE DE MUCHO ANÁLISIS PARA DETERMINAR SU EXTREMA GRAVEDAD--, y que recibe una magra suma de cuota alimentaria.
Pues bien, ante la emergencia que nos afecta a todos, en este aislamiento social obligatorio, en que nos encontramos, ante la feria judicial de emergencia decretada, me comuniqué con la Sra. Defensora Oficial, Dra. María del Carmen Molares, a fin de imponerla de la situación y ver cómo solucionarles el problema a esta mamá y sus dos niños.-
La respuesta de la Dra. Molares no se hizo esperar, comunicándose inmediatamente con la Coordinación del COPNAF, a los efectos de trabajar en forma urgente, recibiendo como única respuesta –y aquí mi indignación– “que el COPNAF, no se hace cargo de esas situaciones”, en todo caso que se comunicara con el Intendente.
No es por nada Sra. Coordinadora, pero me parece que la Dra. Molares, no necesita que Ud. Le sugiera adonde debe dirigirse, ella como funcionaria lo sabe muy bien, e indudablemente recurrió al organismo, cuya función primordial, es la problemática de niños adolescentes y familia? Que yo sepa, su mismo nombre lo indica, nada más, ni nada menos que el COPNAF.
Y tristemente la coordinación dio esa respuesta: no nos ocupamos de esas situaciones. El COPNAF, no se hace cargo. Que triste lo suyo Sra. Coordinadora.-
Debo dejar aclarado, que no obstante la respuesta negativa de la Coordinadora de la Institución, la Dra. Molares, logró como funcionaria, y como ser humano, sin contar con partidas presupuestarias como cuenta el COPNAF, solucionar la situación, por lo que desde este medio hago llegar mi agradecimiento a la misma y el repudio al obrar negligente de quien ocupa un cargo, que aparentemente no está en condiciones de ejercer, teniendo en cuenta que en situaciones normales, todo es muy fácil de resolver, pero ante situaciones de catástrofe como la que nos ocupa, no sabe dar respuestas.
